La niñez en tu morada
te dio tu observadora candidez,
y escribes en ese estilo
lo que en tus ojos es.
Lo que es de tu entorno,
lo que es reliquia y vejez,
lo que es de cedro o tilo,
lo que de tu memoria es.
Que vivimos en una tierra
donde los males arraigan,
deslumbrantes al sol de la miseria
olvidados rincones del alma.
Indagaste en nuestras vidas,
nos reflejaste en tu prosa literaria,
para siempre son nuestras afecciones,
humanas esencias y patrañas.
No fue teatro ni sueño,
que en la guerra te enterraran,
queda tu pensamiento,
amado, poeta, y lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario