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Libro fantástico de aventuras y fantasía, guerreros y monstruos de la antigüedad que viajan en el tiempo hasta el actual.
Este libro contiene doce poemas de Bernabé Ramírez para niños a partir de diez años y se pueden leer en una hora o en varios días, incluso en un mes, y aún así se pueden leer a lo largo de toda la vida.
Se prohíbe a los adultos leer éstos poemas.
Es un libro de poemas sobre la vida, el amor.
"La lluvia es como tus lágrimas, que no se dejan consolar. La lluvia es como ese sueño mío, que cae a tierra sin poderlo acariciar, sin poderlo tener entre mis manos, perdiéndose en círculos, sin dejarse hacer realidad. La lluvia, ¡la lluvia!.., qué es la lluvia... Quizás sea el llanto tuyo, tus penas que se desahogan. Quizás sea el llanto mío, por mi opresión que lloran. Quizás sea todo lo que un día fuimos, lo que perdimos al querer ser hoy y ahora, lo que no pudimos.
"Emisiones Claros ojos los tuyos, rojos labios para soñar, ¿tienes algo contigo que bien se deba añorar?. Blancos destellos de una vida, dulces miradas hacia el paisaje, contemplaciones al infinito, cuál será el sueño que guarda su mente.
El mundo le llama, y nadie le quiere ayudar, sufre sobre el frío suelo, una pena grande y salvaje. ¿Recuerdas su mirada?.
Este libro contiene sesenta y un poemas que puede leer en dos hora, un día, un mes o a lo largo de toda la vida, para jóvenes lectores a partir de doce años y adultos.
"Bien pronto quise ser, amigo de toda una vida, inocente presente de mi juventud que muy pronto se vio absorbida, por un silencio sordo, donde no cabe una luz, ni ningún halo del día.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Alguien se va,
alguien que tú amas y quieres,
alguien que siembra en ti
tristeza cuando se marcha,
y siempre, durante su camino,
imperturbable,
alguien se pregunta:
¿Cuándo volverá a casa?.
Alguien se acerca,
alguien que sonríe a tu mirada,
a quien tanto anhelas
para abrazar fuerte
contra tu frágil pecho,
esperando que no sea un sueño
que se esfuma en la nada,
mientras te esfuerzas
para que no se vaya,
sabiendo que volverá a hacerlo.
Duende durmiente es,
el Señor de los Ensueños,
aquel que a tus oídos susurra,
que de piel blanca
como la nieve eres,
quien con unos labios rojos
vivarachos color de sangre
sueña cada noche,
viajando sobre una estela,
con el rumbo fijo
hacia una estrella,
posada en el horizonte
de aquel abismo negro
del que nunca se regresa.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
"Puedo sentir tu grito interno, tu grieta tallada en ti, resquebrajándose con el tiempo, con miedo, sin pausa ni fin.
Angustia de la vida ahora, hueco terrible de destino, palpando con mi mano, la templada tierra al sol."
"Quizás Dios creó un núcleo desde donde partí, un mundo gigante lleno de sonidos de fuego, y salí, y salí sin conocer a dónde llegaría.
"Volaba lejos, por cielos que por alguna causa forman parte de mis sueños, sin pasado ni futuro porque ignorando de dónde venimos, no sabemos a dónde iremos."
La lluvia es como tus lágrimas, que no se dejan consolar.
La lluvia es como ese sueño mío, que cae a tierra sin poderlo acariciar, sin poderlo tener entre mis manos, perdiéndose en círculos, sin dejarse hacer realidad.
Libro de gran formato donde encontrarás sentido a muchos sin sentidos y a muchos aspectos de la vida con una claridad sin puntos y aparte. Para lectores a partir de 12 años. Frases motivadoras y inspiradoras para vivir.
Este libro contiene doce poemas de Bernabé Ramírez para niños a partir de diez años y se pueden leer en una hora o en varios días, incluso en un mes, y aún así se pueden leer a lo largo de toda la vida.
Se prohíbe a los adultos leer éstos poemas.
Es un libro de poemas sobre la vida, el amor.
"La lluvia es como tus lágrimas, que no se dejan consolar. La lluvia es como ese sueño mío, que cae a tierra sin poderlo acariciar, sin poderlo tener entre mis manos, perdiéndose en círculos, sin dejarse hacer realidad. La lluvia, ¡la lluvia!.., qué es la lluvia... Quizás sea el llanto tuyo, tus penas que se desahogan. Quizás sea el llanto mío, por mi opresión que lloran. Quizás sea todo lo que un día fuimos, lo que perdimos al querer ser hoy y ahora, lo que no pudimos.
"Emisiones Claros ojos los tuyos, rojos labios para soñar, ¿tienes algo contigo que bien se deba añorar?. Blancos destellos de una vida, dulces miradas hacia el paisaje, contemplaciones al infinito, cuál será el sueño que guarda su mente.
El mundo le llama, y nadie le quiere ayudar, sufre sobre el frío suelo, una pena grande y salvaje. ¿Recuerdas su mirada?.
Este libro contiene sesenta y un poemas que puede leer en dos hora, un día, un mes o a lo largo de toda la vida, para jóvenes lectores a partir de doce años y adultos.
"Bien pronto quise ser, amigo de toda una vida, inocente presente de mi juventud que muy pronto se vio absorbida, por un silencio sordo, donde no cabe una luz, ni ningún halo del día.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Alguien se va,
alguien que tú amas y quieres,
alguien que siembra en ti
tristeza cuando se marcha,
y siempre, durante su camino,
imperturbable,
alguien se pregunta:
¿Cuándo volverá a casa?.
Alguien se acerca,
alguien que sonríe a tu mirada,
a quien tanto anhelas
para abrazar fuerte
contra tu frágil pecho,
esperando que no sea un sueño
que se esfuma en la nada,
mientras te esfuerzas
para que no se vaya,
sabiendo que volverá a hacerlo.
Duende durmiente es,
el Señor de los Ensueños,
aquel que a tus oídos susurra,
que de piel blanca
como la nieve eres,
quien con unos labios rojos
vivarachos color de sangre
sueña cada noche,
viajando sobre una estela,
con el rumbo fijo
hacia una estrella,
posada en el horizonte
de aquel abismo negro
del que nunca se regresa.
Aunque caiga la noche,
personas encuentran personas,
seres que no duermen nunca,
porque la oscuridad es una luz
que cuando aflora,
ilumina verdades ocultas.
Si caminas y tus pies
se llenan de ampollas,
tu espíritu despierta
a la cruda realidad
envuelto por miles de gritos
que giran a tu alrededor,
que no oyes ni ves
porque tu mente los bloquea
en los mismos umbrales
de tus oídos y tus ojos.
Son clamores que viven en ti.
Quiero irme a la guerra,
no sé cuándo volveré,
traeré alguna herida abierta,
aún sin saber si volveré.
¿Es bueno ésta guerra?.
Yo amo con mi alma entera,
amo con mi vida entera,
por eso me voy a la guerra.
Ya sé que no hay guerra,
pero yo hablo de otra
grande y hermosa
que se lucha en la paz.
Rondando a mi alrededor
tú miras,
y me castigas
por saber la verdad.
Quien te dice que te quiere
y falta en tu lecho,
tantas de tantas veces
que te dice “te quiero”
es porque no tiene
otro pájaro que agarrar.
Solo imagino tu rostro,
mirándome lleno de lágrimas,
por el dolor por lo querido,
tras el accidente de nacer.
Puedo sentir tu grito interno,
tu grieta tallada en ti,
resquebrajándose con el tiempo,
con miedo, sin pausa ni fin.
Angustia de la vida ahora,
hueco terrible de destino,
palpando con mi mano,
la templada tierra al sol.
Quizás Dios creó
un núcleo desde donde partí,
un mundo gigante
lleno de sonidos de fuego,
y salí, y salí sin conocer
a dónde llegaría.
Volaba lejos,
por cielos que por alguna causa
forman parte de mis sueños,
sin pasado ni futuro
porque ignorando
de dónde venimos,
no sabemos a dónde iremos.
La lluvia es
como tus lágrimas,
que no se dejan consolar.
La lluvia es
como ese sueño mío,
que cae a tierra
sin poderlo acariciar,
sin poderlo tener
entre mis manos,
perdiéndose en círculos,
sin dejarse hacer realidad.
Hallado al borde
de un alto acantilado,
sin horizonte alguno al frente,
sin luz que señale y ilumine,
la así densa y opaca oscuridad.
Mis ojos lo han encontrado
muchas veces,
y ante tal encuentro,
he querido retroceder y volver atrás,
sin conseguir moverme,
sin vislumbrar el camino de regreso.
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